¿Qué es Filosofía? ( I )
Esta pregunta es sin duda el
punto de partida sobre las discusiones en torno al quehacer filosófico y a qué
podemos incluir en este concepto y por qué, esto talvez suena ya a una primer
respuesta, hay cosas que no son filosofía y otras que sí, parece entonces que
la filosofía es algo restringido, determinado y limitado, así mismo quien se
dedica al ejercicio filosófico debe cumplir con ciertas condiciones de igual
manera ya establecidas o pactadas.
Podemos concluir entonces que la filosofía
es el resultado de una actividad coartada, disminuida a características
específicas y se mantiene estable, siempre de la misma forma, eterna e
inmutable y hecha por personas que se encuentran dentro de su dominio. Pero
esto no agota la pregunta, solo marca la circunferencia en que se encuentra
este concepto, como podemos saber que es la filosofía si estamos fuera de ella,
el único camino que queda es adentrarse en el denso bosque para concretar
nuestra búsqueda.
La primer pregunta sobre lo que
es la filosofía nos lleva a preguntarnos como surgió el termino Filosofía y por
qué, el origen del termino filosofía no emerge por si sólo, sino que viene
acompañado del termino filósofo y el filósofo mismo, Pitágoras de Samos
(582-500 a.C.).
Cuenta la historia que Pitágoras mantuvo una
conversación con León, tirano de Fliunte. Este gobernante, admirando el talento
y la elocuencia de Pitágoras, le preguntó cuál era su oficio y a qué se
dedicaba. Pitágoras le respondió que no era maestro de arte o profesión alguna,
sino que era un “filósofo”, y que, en consecuencia, su dedicación era la
“filosofía” [1].
Leonte quedó perplejo al oír una palabra cuyo significado desconocía y,
Pitágoras, para explicarla, recurrió a una metáfora: la vida, afirmó, es como
una reunión de personas que asisten a los Juegos Olímpicos. A ellos la gente
acude por tres causas distintas: unos, los atletas, para competir por la gloria
de un premio; otros, los comerciantes, para comprar y vender; finalmente existe
una tercera categoría que va a contemplar los juegos: los espectadores. De la
misma manera, explicó Pitágoras, unos viven para servir a la fama y otros al
dinero. Pero la mejor elección es la de aquellos que, como los espectadores,
dedican su tiempo a la contemplación de la naturaleza, como amantes de la
sabiduría, es decir, como filósofos[2].
Por otra parte Heráclito de
Éfeso (500 a.C.) difiere de la actitud contemplativa propuesta por Pitágoras,
para el quehacer filosófico, afirmando que “la sabiduría consiste en conocer el
designio que lo gobierna todo a través de todo (…) y, la erudición no enseña a
tener entendimiento”[3],
afirmando así que el conocimiento adquirido no debe ser solo memorizado sino
que es necesario reflexionar sobre él mismo, buscar comprenderlo, realizar una
búsqueda de su esencia. Pero esta búsqueda presupone no sólo un aventurarse por
el conocimiento, sino que, implica un autoanálisis, una búsqueda de sí mismo[4],
ya que no se encuentra aislado aquello que se desea conocer, sino que en el
momento de estar frente a él, también estoy yo, con todo lo que me compone y
hace ser lo que soy, así mismo se encuentra todo aquello que nos rodea en ese
instante de choque con lo desconocido.
Estas dos primeras respuestas de lo que es la filosofía
fueron dadas en una etapa del pensamiento filosófico conocida como naturalista,
en la cual se buscaba el origen (fundamento), de todas las cosas que hay en la
naturaleza a partir de algún elemento constitutivo de la misma, y por tanto la filosofía
se encontraba hasta esos momentos en la búsqueda de ese saber que lo diferenciara
y separara del mito, por lo cual la filosofía era entendida como un deseo de
saber desinteresado (Pitágoras), y este saber debe buscarse para ser
comprendido (Heráclito). Sin embargo el saber que se buscaba era sobre las cosas
externas al hombre, ya que se consideraba al ser humano como parte de la
naturaleza.
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